
El otro día asesoraba a un restaurante que está metido en remodelar su página web.
Remodelación importante, ¿eh? Pero la ocasión lo merece: ahora el tablero de juego está en Internet, las cartas (de comida) están en la red y si no estás ahí, no existes.
Y para estar, pues mejor estar bien.
Este restaurante tiene un concepto que mezcla las cenas con las copas y los cócteles al anochecer.
Me decían que tenían un gran problema.
Un inconveniente que les hacía menos atractivos que cualquiera de sus competidores.
Este problema (según me dijeron) era su ubicación. Estaban a las afueras de una gran ciudad y para ir era necesario tirar de bus o bien coger el coche.
Y claro, que para eso, pues que la gente preferiría ir a cenar y tomar algo en su barrio antes que desplazarse.
Luego pensé que en mi barrio, por ejemplo, no hay un sitio de cócteles como tal. Para eso, me toca ir al centro. Y el centro siempre está lleno. Y es más caro. Y llevo toda la vida yendo allí.
Y pensé que ojalá hubiera un sitio a las afueras, más tranquilo, para tomar algo.
¿Que tengo que ir en bus o en coche? Bueno, al final desplazarme, me voy a desplazar. Y si merece la pena, lo hago.
No puedo contarte mucho más (es un proyecto en marcha), pero a partir de esa conversación sacamos varias propuestas de valor potentes.
Y de ahí, un concepto que NINGÚN restaurante de la competencia tiene.
Y que (estoy bastante seguro) va a atraer a bastante gente.
Te propongo ver TODOS los problemas de tu negocio.
TODOS.
Y buscar darles la vuelta. Convertirlos en beneficios. Sacar dos, tres, cuatro, de cada uno.
Luego toca elaborar sobre ello y comunicarlo en tu web, en tus redes, en tus emails.
Yo, desde este formulario, te ayudo a hacerlo
Un abrazo,
Ricardo