
Terminando la universidad, tuve la oportunidad de hacer unas prácticas (pagadas, cosa extraña) en la agencia Publips de Valencia.
Otro día te contaré el proceso de selección, que incluyó preguntas como “¿Con qué animal te identificas y por qué?” o “Haz una metáfora entre una campaña de publicidad y un partido de fútbol”.
El caso es que en esta agencia de publicidad, estaba dentro del departamento estratégico. Suena guay, ¿no?
Lo era.
Una de las marcas con las que empezamos a trabajar mientras yo estaba allí era Chufi. Horchata Chufi.
Para alguien que es de Valencia, hablar de Horchata es religión. Dentro de la investigación, aprendí su historia, su origen, su proceso de elaboración, su evolución a lo largo de los años, sus características…
… y no me acuerdo de nada de ello.
Bueno sí, solo me acuerdo de una cosa. Una historia que leí en algún sitio, sin saber seguro su veracidad.
Se remontaba a la época en la que Jaume I entró a Valencia y, a golpe de espada, expulsó a los musulmanes e instauró de nuevo el cristianismo en todo el “Reino”. Después de una gran victoria en verano, sudando sobre su caballo, una chica se le acercó con una bebida blanca que parecía leche, pero más dulce.
“Aixo es or, xata!”, dijo el conquistador en valenciano.
Finalmente este concepto no entró en la campaña y el eje creativo estuvo en otro sitio. Pero muchos años después, lo que más recuerdo (y la historia que siempre cuento cuando alguien me pregunta por la horchata) es esta.
El poder de las historias, más allá de que sean verdad o leyenda, es increíble.
Y eso es lo que hace el copywriting: aprovechar el potencial de las historias, hacerlas memorables y adaptarlas a tu negocio y tu público.
Esto es todo por hoy.
Un abrazo.
Ricardo
PD: Ayer te envié un email invitándote a darte de baja. Si estás leyendo significa que no lo hiciste y que estás a tope conmigo. He abierto una libreta con el nombre “los fieles de Textonality” y tengo muchas ideas para ti, que te has quedado