A nadie le importa lo guay que eres

Te cuento lo que me pasó en Vitoria el otro día y luego algo que suele pasarme con algunos clientes.

 

Vitoria.

 

Me habían hablado muy bien de ella. La exploramos por nuestra cuenta y (a mis amigos y a mí) nos encantó.

 

Paseíto por Plaza de España, cañas y zuritos por Cuchillería, visita a la Catedral nueva.

 

Todo bien.

 

Hicimos también un free tour, de estos que alguien te explica la ciudad.

 

A mí me gustó mucho Vitoria. Pero lo de la guía rozaba el límite.

 

Que si la ciudad más verde de Europa.

Que si los mejores pintxos del País Vasco.

Que si las mejores vistas.

Que si su gran transporte público.

Que si como sus fiestas, ninguna.

 

En fin.

 

Muchas cosas muy buenas, extremadamente buenas. Tanto que me pareció demasiado y ya me gustó un poco menos.

 

Clientes

 

Cuando algunos clientes les explico que ellos son importantes, pero que hay otras cosas más importantes (su servicio, su público), se quejan.

 

Ellos quieren (“necesitan”) explicar bien quienes son, lo buenos que son, lo generosos que son y el gran favor que están haciéndole al mundo ofreciendo sus servicios.

 

En parte es normal, todos tenemos cierto ego dentro.

 

Pero ese ego hay que controlarlo por el bien de las ventas. Porque si solo hablas de ti en tus textos, en tus emails, no conseguirás nada.

 

Si solo hablas de lo bueno que eres, solo de eso, pasarás de tener autoridad a ser visto como un fantasma (o vendehumos, que está más de moda).

 

Copywriting con poco de ego y mucho de venta

 

Un abrazo

 

Ricardo

 

PD: Ayer un suscriptor me marcó un fallo. Dije que Laguardia (el pueblo del señor al que no le gusta Internet) estaba en Navarra, pero no: está en la provincia de Álava. 

 

Yo venía de Navarra y me equivoqué. Y pido perdón. Espero que nadie de Laguardia, Álava o Navarra me amenace de muerte por esto (porque me gustó mucho y pretendo volver por allí).